Se trata de una entretenida ruta circular de corta duración, unas cinco horas.
Especialmente en su segunda parte produce gran satisfacción al caminante
debido a la belleza del escabroso entorno y a la visión de un terreno
virgen escasamente explorado por los montañeros.
Un intenso paseo por las veredas del ganado bajo los verticales muros de
Arisco y Agudo Sonllano en la cara sur de Portudera, donde la
cartografía existente se muestra incapaz de representar con rigor todo
el conjunto de canales y canalizos que caen desde lo alto de los riscos
hacia el tramo de carretera de Obar a Poncebos. Pero no es de
extrañar.., este es un mundo de complicadísimas y escondidas canales
hasta el punto que en alguna de ellas no entra ni el sol.
Muchos de los topónimos de esta ruta me los enseñó un hombre de Tielve
que en sus años jóvenes pastoreó por estos lares. El plano es un recorte
extraido del mapa de Angel Sanchez Antón.
Dificultad del recorrido:
La canal del Llegu es el tramo mas dificultoso.
Se trata de una estrecha canal herbosa muy pendiente y húmeda en la que
mantener el equilibrio se convierte en un ejercicio de habilidad y
técnica en este tipo de descensos en los que una caída podría acarrear
consecuencias impredecibles.
Una vez descendida esta canal, es necesaria una correcta orientación y
lectura del terreno para llegar al único lugar por el que se desciende a
Poncebos.
El resto del recorrido es poco complicado, solo algún tramo de sendero
exige la debida concentración al pasar sobre pequeñas cortadas o
pendientes acusadas.
En verde: caminos y senderos fáciles.
En amarillo: pasos de cierta dificultad, (grado I).
En rojo: pasos algo arriesgados, (grado I-II)
Punto de partida y de llegada:
Poncebos, 212m.
Nos situamos justo enfrente del edificio de la central eléctrica.
Allí mismo comienza el camino antiguo a Tielve y Sotres, la canal de la Rumiá.
Remontamos por el terraplén el casi borrado sendero cubierto por una
tela metálica que evita el deslizamiento de piedras y a los pocos metros
llegamos al pie de un destartalado casetón sin tejado que se encuentra
adosado a la peña.
Continúa el sendero por la derecha entre piedra suelta e inestable
acercándose peligrosamente al cortado sobre la carretera, lo cual obliga
a mantener toda la atención para no resbalar.
A los pocos minutos, el camino se va ensanchando y tras varios zig-zags,
se llega a un primer promontorio, el collau de la Rumiá, desde el que
se ve toda la zona desde Torbanes a Camarmeña.
Desde el collau de la Rumiá.
Seguimos por el antiguo camino si mas problema que algunos deterioros
en determinadas zonas derivados de desprendimientos del muro de
contención o producidos por los aludes y arrastre de piedras.
Al cabo de un buen rato, una media hora, vemos abajo, por nuestra
derecha, la majada de Vallota al otro lado de la carretera. Continuamos
caminando y después de unas revueltas del camino se va dejando entrever
la canal de Llamedo por la izquierda.
Es ahí, sobre los 500 m. aproximadamente, donde abandonamos el camino de
Tielve y remontamos hacia el norte en busca de los prados que preceden
al inicio de la citada canal.
Al poco rato llegamos a las destartaladas cabañas de la majada del
Perigüenu (630 m.), donde de nuevo cambiamos de dirección dando un giro
de 90 grados al oeste siguiendo un sendero que cruza las pedreras y se
interna en los dominios de las cabras.
El sendero, un poco mas adelante asciende ligeramente y se convierte en
un sedo enconchado a tramos que salva los espolones que descienden del
Jorcau los Tarañones y los atraviesa por un hermoso colladín llamado el
jorcau la Llambria. Continúa el senderín que ahora está tallado en la
vertical de una pared y acaba en una canal de derrubios (canal de
Intienzu) que hay que atravesar para llegar a la primera cabaña de la
majada la Escampá de la que solo se conservan las cuatro paredes.
A la vista tenemos la segunda cabaña que tiene mejor aspecto a pesar que ya hace mucho tiempo que no se usa.
La visión de esta majada con las cumbres del macizo central al fondo, es de auténtico lujo.
Una corta travesía por las pedreras y ya estamos al lado de la segunda
cabaña que se asienta al abrigo de un curioso y dominante picacho, el
Camaretu.
¡Realmente tuvieron imaginación y ganas para construir una cabaña en semejante lugar...!
La cabaña de la Escampá. El Eru Maín y los cuetos el Trave.
Pues bien, dando la espalda a la majada nos dirigimos al colladín que se
encuentra unos cuarenta metros por encima, es la Jorcá Sobresigüenda,
inigualable mirador sobre Camarmeña y las cumbres de Ario.
(Si continuáramos hacia el norte,
remontando las empinadas pandas (Cuestas de los Senderos) por debajo de
los farallones, llegaríamos a un arriesgado paso por el que se puede
acceder a la zona de Cabeza Sonllano, pero esa es otra historia y no es
nuestra ruta, así que volvamos a ella.)
Situados en la jorcá Sobresigüenda (768 m.) bajo el Camaretu, vemos al
otro lado una inclinada y ancha canal herbosa que cae directa en busca
del camino de Poncebos a Tielve.
Por ella debemos descender con ligera tendencia a la derecha, no sin
antes habernos fijado en una difusa y estrecha horcada que se encuentra
enfrente, unos doscientos metros por debajo de nuestra posición, porque
por esta horcada debemos pasar mas tarde. Así que descendemos hasta que
nos encontramos con una enorme cavidad con suelo de abono de cabras y
ovejas y techo de formaciones pétreas similares a estalactitas. Es la
cueva Sigüenda, interesante complemento de nuestra marcha montañera.
Cueva Sigüenda y el Camaretu.
Después de inspeccionar dicha cueva, dirigimos nuestros pasos en busca
de la alta horcada que anteriormente habíamos divisado. Para ello hay
que descender, cruzar una estrecha canal y seguir pegados a las paredes
de la peña de nuestra derecha hasta dar vista a la angosta horcada que
nos queda 50 metros por encima. Ascendemos en su busca trepando por la
abrupta panda y nos situamos en la horcada.
Al otro lado, se precipita hacia el Cares la angosta canal del Llegu. La
primera visión es impactante, por lo que hay que esperar unos minutos
para recuperarse de la impresión que causa la repentina arribada y
llegar al convencimiento de que es factible el descenso.
Antes de iniciarle por la derecha del espolón que preside la horcada,
debemos fijarnos en una cabaña que se encuentra al fondo, cerca del río,
porque es a ella donde nos dirigiremos, ya que es paso obligado para
llegar a Poncebos.
La primera mitad de la canal es estrecha, húmeda y muy pendiente. Largas
y resbaladizas hierbas exigen botas con las suelas en buenas
condiciones y buena técnica para controlar el equilibrio.
A izquierda y derecha solo paredes verticales, ninguna salida por los costados.
A partir de la segunda mitad el terreno se abre y empiezan a aparecer
canales y subcanales por el costado derecho y también afilados y
esbeltos riscos poblados de cabras silvestres mas atrevidas que los
propios rebecos....
Es una zona de llambriales y pastos de un verde intenso que llama la atención.
El Cuetu Ardinosu es el risco mas visible y espigado del lugar. Todo el
conjunto es verdaderamente impresionante..., de los que dejan huella.
Pero todavía quedan metros para descender, así que mirando de reojo al
citado cuetu que preside la parte media de la canal por la derecha,
continuamos bajando.
El descenso, ahora menos inclinado, se torna mas escabroso y comienzan a
aparecer las traidoras piedras escondidas entre la hierba que obligan a
concentrar la atención para no dar con los huesos en el suelo.
Se llega así al final de la canal y se sale por la derecha en busca de la cabaña que se veía desde lo alto.
El terreno aquí es un pedregal con ausencia total de senderos, lo que
obliga a inventar la ruta de descenso hacia la susodicha cabaña que se
encuentra en un gran prado alargado cerca de una torre del tendido
eléctrico.
Este paraje muy cercano a la carretera, es conocido por Costisidri.
De la cabaña sale un sendero que atraviesa el prado por su parte baja y
se interna entre avellanos y espinos en dirección a la presa de Poncebos
(sur).
Hay que llegar justo enfrente de la puerta de entrada a la casa que esta
al lado de la compuerta de la presa. Allí se encuentra un corto
destrepe por un sedo, único paso (que yo conozca) por el que se puede
bajar a la carretera sin demasiado riesgo.
Son solo 10 metros, pero son los últimos, así que bajar con cuidadín....
Desde Vallisondi. El Eru el Beyu y la canal del Llegu.
|